Ha sido un trabajo «duro, pero gozoso de escuchar» al tratarse de «testimonios de entrega, de defensa de la fe y de santidad», señala el juez delegado para la causa, Bernardo Torres. El obispo Melgar recuerda que "defendieron la fe en tiempos difíciles. Fueron capaces de entregar su vida por mantenerse fieles a Dios» y ocho décadas después su ejemplo debe servir para «actualizar la fe".