Cada ciudadrealeño 'recicla' 95 gramos de medicamentos

Hilario L. Muñoz
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Los puntos Sigre se elevan a 307 en 2017, cinco más, y caen en cinco gramos la media de reciclado respecto al año anterior

Desde hace más de una década, casi todas las farmacias de la provincia de Ciudad Real cuentan con un punto pensado para el reciclaje de los medicamentos. Se trata de los llamados puntos Sigre que pueden ser mirados como uno más de los contenedores para el reciclaje que hay en las ciudades y pueblos como puede ser el contenedor amarillo para el plástico, el azul del papel o el verde del vidrio. Su labor específica es la retirada de forma controlada de medicamentos que cuentan con productos químicos así como de los envases que pueden tener restos de estos productos. Sigre es una entidad sin ánimo de lucro que ubica estos contenedores en las farmacias y donde el año pasado cada ciudadrealeño depositó 94,92 gramos de envases vacíos o con restos de medicamentos, según los datos aportados por Sigre. Se trata de unas 46 toneladas en todo el año o lo que es lo mismo, cada día se tiraron 127 kilos en la provincia de Ciudad Real, de forma aproximada. Con estos datos, la provincia de Ciudad Real se sitúa por encima de la media nacional, que recicló 91,92 gramos de media por habitante al año.

Los datos fueron aportados por la entidad Sigre quien apuntó que en los últimos tres años se ha producido un incremento en la recogida de medicamentos de un 3,08 por ciento. Además en 2017 se abrieron cinco puntos Sigre, pasando de 302 a 307. Con todo, las cifras muestran una caída, ya que en 2016 la cantidad recogida fue de 99,24 gramos por ciudadrealeño.

La caída de estos gramos recogidos no implica, para el presidente del Colegio de Farmacéuticos en la provincia, Francisco Izquierdo, que haya habido una mayor adherencia o adecuación de los medicamentos recetados a la provincia ni tampoco más o menos reciclaje. «No tiene que ver el contenido de la cantidad recogida con la adherencia al tratamiento, porque no es un punto crítico que nosotros miramos, ya que muchas veces el contenido del Sigre es medicación que el médico decide retirar, los medicamentos de un paciente que ha fallecido o productos sanitarios caducados que se desechan a través del Sigre». Este último caso son, por ejemplos, aquellos productos que los comerciales de laboratorios optan por tirar al Sigre ya que «es el mecanismo de elaboración segura para el fármaco» y que estaban en la farmacia, no tiene por qué necesariamente haber detrás un usuario al que se le han caducado las medicinas. Izquierdo recordó que existen otros signos para medir la adherencia como la periodicidad en la que se retira la medicación o test que miden para conocer si se toma o no la medicación.

Estos puntos Sigre son para Izquierdo una clave de la economía circular y es «un compromiso que tiene el farmacéutico con el medio ambiente». En su opinión «el farmacéutico está implicado con el medicamento desde la investigación de la molécula, a la fabricación, custodia o dispensación» por lo que también, a través de estos contenedores, se responsabiliza de la vigilancia en la eliminación del residuo que pueda quedar.

tres tratamientos. Con los medicamentos que llegan a estos puntos, Sigre indica que realiza tres tratamientos. De una parte, los residuos se llevan a una planta de selección y clasificación en la que se identifican los medicamentos catalogados como peligrosos, que se entregan a gestores de residuos peligrosos para su eliminación. Después se separan los envases vacíos y los envases de los medicamentos no peligrosos. Una vez hecha la separación, los envases se clasifican por materiales en papel y cartón, plástico, metales o vidrio para que se reciclen. Por su parte, los restos de medicamentos no peligrosos se valorizan energéticamente. Es decir, se utilizan como combustible para producir energía eléctrica o en procesos industriales.

Hay que tener en cuenta que en los puntos Sigre no se reciclan todo lo que se adquiere en la farmacia y por ejemplo no se pueden depositar productos sanitarios como agujas, gasas o termómetros. Tampoco deben depositarse en los Puntos Sigre las radiografías, productos químicos o pilas.