El Tribunal por unanimidad concluye que "estamos ante el fracaso de una promoción inmobiliaria" en Carrión sin que se hayan acreditado las causas reales de ese fracaso, aunque ciertamente la pérdida de crédito es lo que impidió la continuación de la obra. De este modo, absuelve a Ángel R. B. de los delitos de estafa, alzamiento de bienes y administración desleal.