Diputados díscolos del Brexit unen apoyos para quitar a May

SPC
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El sector más euroescéptico de los 'tories' podría contar con las 48 peticiones para intentar derrumbar a la conservadora, mientras la 'premier' sigue defendiendo el acuerdo con la UE

La primera ministra británica, Theresa May, sigue defendiendo a ultranza el principio de acuerdo con Bruselas sobre el Brexit del pasado miércoles, en el que ya pocos de su propio partido confían. Aunque ayer recibió el apoyo de cinco de los miembros euroescépticos de su Gobierno, se enfrenta a una posible moción de censura por parte de un grupo de diputados rebeldes, según apuntan algunos medios de comunicación. 

La premier asegura que es el mejor trato posible y reclama el apoyo del Parlamento, algo que según varios analistas es poco probable que suceda. De hecho, varios miembros de Partido Conservador no ocultan que intentan someter a May a una moción de confianza.

Según algunas informaciones, al menos, una veintena de tories solicitaron un voto de no confianza contra la dirigente, aunque pueden ser más, ya que no tienen por qué hacer pública su decisión. Para desafiar su liderazgo se necesitan 48 peticiones y, para destituirla, un total de 158 de los 315 diputados conservadores tienen que votan en su contra.

La web especializada BrexitCentral afirmó que el Partido Conservador ya ha recabado los apoyos suficientes para activar el procedimiento con el que amenazó el pasado jueves el diputado Jacob Rees-Mogg, uno de los más acérrimos críticos del acuerdo con la UE. En la misma línea se mostró la cadena Sky News, quien citó también a fuentes solventes para confirmar que la moción de censura «va a ocurrir con toda probabilidad». 

En una entrevista con la emisora LBC, May volvió a defender su actuación durante las negociaciones y aseguró que el Reino Unido mantendrá su «plena integridad» cuando empiece el próximo marzo el proceso de disociación del bloque europeo, pendiente de ratificación en la Cámara de los Comunes. Es precisamente este paso el que se supone que puede ser más problemático para May dado el rechazo que suscita entre el ala euroescéptica de su partido y el no casi anunciado por una gran parte del Partido Laborista y por el Partido Unionista Democrático de Irlanda del Norte.