El Bidasoa ha puesto fin al sueño copero del Vestas Alarcos en un partido marcado por el inicio del segundo periodo, en el que los irundarras consiguieron despegarse en el marcador para forjar con autoridad su triunfo, a pesar del buen partido en líneas generales de los manchegos. Si en junio de 2016 el Bidasoa liquidó la opción del ascenso a Liga Asobal de los alarquistas, ayer volvió a cumplir los pronósticos, imponiendo su condición de equipo de superior categoría y sin relajarse ni un ápice, lo que demuestra que no se fiaba de la escuadra ciudadrealeña.
La primera mitad fue tremendamente equilibrada. Los dos conjuntos exhibieron una gran riqueza táctica, tanto en ataque como en defensa, y viendo portería con fluidez, ya fuese en estático o a la contra. El 15-16 que reflejaba el electrónico al descanso es una clara demostración de ello.
A partir del 2-1 al Vestas Alarcos le tocó ir a remolque, eso sí, con una desventaja que nunca superó los dos goles. En el ecuador de este primer periodo llegaron las rotaciones, entrando un acertado Victoriano Alises en la dirección, en unos momentos en los que el Bidasoa, con un juego muy coral, volvió a marcharse ligeramente (10-12, m. 20).
En estos últimos minutos de la primera parte la pesadilla de la defensa ciudadrealeña fue el central Sergio de la Salud, si bien, el choque se mantuvo en una tónica de igualdad (15-16, descanso).
Tras la reanudación, los dos técnicos apostaron por cambiar sus porterías y en dos minutos y medio el Bidasoa endosó un preocupante parcial de 0-3 (15-19), roto por Parker aprovechando la exclusión del visitante Cavero. El Bidasoa entró más enchufado en esta segunda parte y empezó a cimentar su victoria, con Renaud y Zabala muy acertados (17-21, m. 38), lo que obligó a Javier Márquez, técnico local, a solicitar tiempo muerto.
Las buenas intervenciones bajo palos de Ledó provocaron que al Vestas Alarcos, que encadenó varias pérdidas, le costase un mundo marcar y el Bidasoa adquirió una máxima renta de seis goles (17-23, m. 39).
Un parcial de 3-0 provocó el tiempo muerto visitante (20-23, m. 15) y entonces el Bidasoa apostó por administrar su renta a base de ataques muy largos, con un Renaud y Zabala letales, mientras en el otro lado Victoriano Alises y Sarió intentaban mantener a su equipo a flote. El partido volvió a adquirir un ritmo goleador frenético y en estas condiciones la remontada fue misión imposible.