El Ministerio de Hacienda parece decidido a gravar de manera especial el consumo de combustible diésel en los vehículos no profesionales. Tanto, que la cartera que dirige María Jesús Montero ya ha echado cuentas sobre el impacto del nuevo gravamen que, según sus estimaciones, repercutirá en 3,3 euros al mes por cada usuario, una cifra con la que el Ministerio pretende suavizar las voces en contra que el futuro impuesto al diésel ha despertado. Esa subida tributaria supondría, aplicando las estimaciones del Ejecutivo a las cifras de la provincia de Ciudad Real, una recaudación anual que rondaría los 11 millones de euros en el territorio, y que afectaría de manera directa sobre más de 160.000 vehículos cuyos conductores deberían asumir un coste superior al estimado por Hacienda, y que se iría al entorno de los 70 euros al año.

El último censo del parque de vehículos actualizado por la Dirección General de Tráfico eleva el número de turismos que utilizan diésel como carburante por encima de los 160.000 vehículos, en concreto lo sitúa en 160.170 turismos. Es sobre este parque móvil en su mayoría sobre el que recaería el futuro impuesto, ya que el Gobierno ha repetido por activa y por pasiva que el nuevo gravamen dejaría fuera a los conductores profesionales. La subida impositiva afectará a un combustible que, pese al cambio de tendencia en la venta de automóviles, sigue siendo referente en materia de hidrocarburos en la provincia de Ciudad Real. Sólo en el mes de julio de este año, según los datos de la Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos (Cores), registró un consumo de más de 26.800 toneladas. Ese mismo registro eleva el consumo anual en el año 2017, que por la recuperación económica y la actualización del parque móvil es el más cercano para asumir como referencia para adaptar los cálculos del Gobierno, en 297.740 toneladas de gasóleo A.

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