Escuchar a los pulmones

Carmen Ansótegui (SPC)
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Los expertos buscan concienciar a la población sobre los síntomas de la fibrosis pulmonar idiopática para adelantarel diagnóstico y mejorar el pronóstico de la alteración

El ruido crepitante durante la inspiración, similar al que hace el velcro al separarse, suele ser el signo más caraterístico de una enfermedad rara, progresiva y mortal: la fibrosis pulmonar idiopática (FPI), una alteración cuya Semana Internacional se celebra hasta el domingo.

La auscultación con el fonendoscopio y el conocimiento de este signo por parte de los médicos de Atención Primaria es esencial para favorecer la detección temprana de la alteración que conlleva la inflamación y cicatrización de los pulmones, lo que dificulta la capacidad para respirar. Al no haber cura, el diagnóstico precoz es crucial, pues afortunadamente sí existen tratamientos eficaces que consiguen evitar que progrese, siempre que comiencen a aplicarse en fases tempranas.

Sin embargo, como es una patología poco conocida, los pacientes tardan en acudir a la consulta y al cursar con síntomas parecidos a otros males, los médicos pueden confundirla con la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) o incluso con el asma. Todo ello hace que se retrase la detección llegando a pasar de seis meses a dos años entre que aparece el primer síntoma y se descubre la existencia de la FPI. 

El problema es que, con el tiempo, la fibrosis pulmonar y los síntomas aumentan en gravedad y puede llegar a provocar una insuficiencia respiratoria. Se estima que el período medio de supervivencia desde el diagnóstico es de dos a cinco años, con una tasa de supervivencia a cinco años de aproximadamente un 20-40 por ciento. Esto hace que la FPI sea más letal que muchos tipos de cáncer, incluyendo, entre otros, el de mama, ovario y el colorrectal.