Se trata de un proyecto pionero en España que el Mapama quiere trasladar a otros humedales que, al igual que el alcazareño, reciben aportes de aguas residuales. Su finalidad es mejorar la calidad del agua y contribuir a la recuperación de la biodiversidad y la fauna del entorno natural. El Consistorio alcazareño ha aportado 2.700 de los 15.000 euros que cuesta la actuación.