Incertidumbre por la sequía

M. L.
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El campo ve con una «gran preocupación» la falta de precipitaciones que sufre el terreno en plenos preparativos para sembrar el cereal «a finales de este octubre".

El campo clama agua y ahora más que nunca la necesita el sector cerealista. Muchos agricultores de la provincia de Ciudad Real están inmersos estos días en los preparativos para el cultivo de cereal, puesto que los cereales de ciclo largo se siembran «a finales de septiembre o primeros de octubre». Sin embargo, los agricultores ven con «gran preocupación» la falta de lluvia que se viene sufriendo en los últimos años, según afirma a este diario el gerente de la Asociación Agraria Jóvenes Agricultores (Asaja) de Ciudad Real, Agustín Miranda. Debido a esta ausencia de precipitaciones, el sector cerealista sufre la «incertidumbre» sobre el futuro de este cultivo, uno de los más extendidos de la provincia, lo que podría derivar en una reducción de la superficie de siembra de cara a la próxima campaña. «Esto puede llevar a muchos agricultores a no sembrar y a dejar las tierras en barbecho», con la correspondiente reducción de la producción de cereal. En concreto, la cosecha de este verano ha dejado 500.000 toneladas en la provincia, un 10% menos que el año anterior después de que las lluvias registradas en mayo salvaran las pesimistas previsiones con las que trabajaba inicialmente el sector. Este cultivo no sólo está sufriendo la situación derivada de la sequía, sino también de los «bajos precios» que se están registrando en los mercados, lo que tampoco anima a los productores a dar el paso para la siembra de las nuevas explotaciones. Miranda explica que la pérdida de rentabilidad en el cultivo puede hacer que los cerealistas no se aventuren a sembrar ahora una semilla que podría no brotar debido a la excesiva aridez del suelo por la falta de lluvia.