«La llegada del otoño no supone el fin de las alergias». La advertencia la lanza el jefe de Alergología del Hospital General, Francisco Feo Brito, quien recuerda que con «el cambio climático, con el ambiente seco y aumento de temperaturas, supone la persistencia de exposición a alérgenos muy reactivos». En este sentido apunta a que «en junio y octubre» es cuando más aumenta la temperatura y, por lo tanto, cuando existen mayores peligros. De esta forma, «las próximas semanas suponen la continuidad de niveles reactivos de pólenes de la familia de las Amarantáceas, como la Salsola». Se trata de pólenes, advirtió, que no son tan aerovagantes como los de primavera, «por lo que no se detectan en análisis atmosféricos». «Por esta razón, algunos pacientes presentan síntomas intensos a pesar de niveles bajos en la información polínica del Hospital».Los otros alérgenos de esta época con «los hongos atmosféricos, en concreto Alternaria». Estos hongos están presentes durante todo el año pero, con temperaturas entre 20-30 grados y cierto grado de humedad, se favorece su liberación. «Desde agosto-noviembre es la época más reactiva, especialmente con las tormentas que arrastran las esporas del suelo a la atmósfera, incrementando de forma exponencial la cantidad ambiental, y los síntomas de los alérgicos». de hecho, Feo apunta a que «numerosas publicaciones han asociado epidemias severas de asma asociadas a tormentas». La alergia a Alternaria es muy frecuente entre los niños. «Uno de cada 10 padece asma bronquial, que en el 70% de los casos es alérgico» y «entre los alérgicos, el 20% está sensibilizado a Alternaria, explicó el jefe de Alergología. «En muchos casos es la primera sensibilización del niño, por lo que el tratamiento adecuado no sólo permite el control de la alergia, sino que evita el desarrollo de nuevas sensibilizaciones, empeorando el pronóstico de le enfermedad». El doctor apuntó a la necesidad de hacer un estudio alergológico que determine el alérgeno implicado. cuanto antes, porque además la Alternaria se asocia casi siempre a asma bronquial y sus síntomas son más intensos y persistentes. Normalmente se trata de «tos persistente e irritativa, acompañada de dificultad respiratoria». El doctor destacó la importancia de hacer un tratamiento adecuado de los síntomas alérgicos. «La coincidencia con los catarros se puede prestar a confusión por parte de los pacientes». Las diferencias entre unos y otros es la duración, «de 5 a 7 días, se asocian a congestión nasal, secreción densa y acompañados de fiebre, malestar general o dolor en la garganta» es uncattaro, mientras que «los síntomas de alergia tienen varias semanas de duración y con variable intensidad de los síntomas, dependiendo de la exposición alergénica».